Juan José Ossa, tras sumarse a Lecaros Arthur Ossa: “Hoy es más fácil desafiar al gran abogado en un pleito”
La oficina legal de la que hoy forma parte el exministro de la Segpres del Gobierno de Sebastián Piñera, busca consolidarse en materia de solución de controversias.
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Se conocen de toda una vida y en múltiples ocasiones han tomado casos juntos, pero tan solo hace algunos meses decidieron unir fuerzas y se asociaron en el estudio que ahora se denomina Lecaros Arthur Ossa Abogados. Así es como el exministro Secretario General de la Presidencia Juan José Ossa se unió a Guillermo Arthur De la Maza, junto a Raúl y Pablo Lecaros Arthur, en un proyecto legal que lleva más de una década de funcionamiento.
Su perfil de litigante junto a su activo rol en la academia (como profesor de Derecho Civil en la Universidad Católica) es similar al del resto de sus socios. “Juntos sumamos como 100 años de docencia”, comenta Juan José Ossa, quien añade que todos esos ingredientes son parte de una historia en común y a partir de la cual están construyendo este proyecto profesional enfocado en la solución de controversias, que involucra arbitrajes, litigios civiles, comerciales, asesoría patrimonial, libre competencia y derecho del consumidor, esta última materia de especial interés del también exdirector del Servicio Nacional del Consumidor.
“Estamos en un mercado donde se puede ser competitivo, no siendo muy grandes en tamaño”, agrega Ossa.
Desde su óptica, existe espacio en el mercado para oficinas especializadas más pequeñas respecto de las denominadas “multiservicios”. Los conflictos de interés de las grandes firmas legales, sumado a la cada vez mayor especialización que hay detrás de los juicios, dice Ossa, hace “que hoy día sea más fácil desafiar al gran abogado en un pleito, sobre todo porque se han hecho muy específicos, particulares y técnicos. Y no necesariamente las grandes leyendas saben de construcción, de consumidores o de libre competencia”.
En ese sentido –agrega- hoy existe un mercado más abierto, donde ser una oficina que viene de la división de otras no es algo negativo, si no que se trata del “camino natural” para poder competir en el mundo de los litigios.
Por otra parte, su socio Guillermo Arthur, quien dentro de su práctica abarca los arbitrajes, agrega que dentro del plan para el estudio, el evitar llegar a juicios a través de la prevención y la mediación, es un aspecto que también quieren desarrollar. “Buscamos enfrentar los problemas de los clientes desde el punto de vista de la solución de controversias, con un procedimiento distinto a los juicios o arbitrajes…siempre con un ánimo de evitarlos, y creo que en eso el Centro de Arbitraje y Mediación (CAM) lo está haciendo muy bien al abrir este camino y profesionalizar la mediación. La idea es también tener el expertise de acompañar a los clientes en una solución pacífica, y si no hay otro camino, acompañarlos en otras alternativas y para eso hay que estar preparados”.
Conflictos que emergen
Sobre el nivel de conflictividad, los socios del estudio advierten una alta actividad para este período o muy similar a la del año anterior. “Cuando hay una menor actividad económica se pone más conflictiva la escena”, agregan. “Vemos que existe preocupación por eventuales incumplimientos de contratos, ya lo están advirtiendo algunos de nuestros clientes”, dice Pablo Lecaros, quien también advierte que otro foco es la mayor incertidumbre regulatoria, a lo que Arthur añade: “Hay una preocupación general de parte de los inversionistas más allá de la materia regulada, de la gente que está regulando y del cómo se regula. No hay confianza. Y en ese sentido, ahí no es evitable el conflicto, es mucho más difícil negociar porque no tienes a nadie al frente, tienes al Estado que es un ente etéreo que cambia cuando cambia la autoridad…, eso genera bastante preocupación”.
Raúl Lecaros, agrega otro ingrediente que es la seguridad: “Si bien es un aspecto ajeno al derecho, es un tema que afecta ya a algunas industrias que tienen su capital instalado en zonas conflictivas de la periferia, donde hoy asaltan bodegas y se toman inmuebles”.
Sobre el futuro de la oficina, advierten mucha actividad, pero aseguran que su vocación no es convertirse en una firma de “muchos abogados”, sino ir creciendo de manera conservadora. “Estamos en un mercado donde se puede ser competitivo, no siendo muy grandes en tamaño”, concluye Ossa.